miércoles, 12 de mayo de 2010

En otoño las hojas cuya función es cubrir el ramaje van perdiendo su vitalidad y desprendiendose dejando entreveer en la copa del árbol el cielo. Así como las hojas caen, las personas van perdiendo su esencia y su vitalidad en nuestras vidas, lo ecensial son aquellas ramas que aun siguen permaneciendo en su lugar, fortaleciendose, dando lugar a nuevos horizontes. Las ramas de mi árbol no son demasiadas pero si las suficientes.